Oliveira fue el último delantero del equipo en Córdoba y ni siquiera le sirvió a Marcelino como revulsivo en la derrota
20/01/2009 PEDRO BELLIDO
enviarimprimirvalorarañade a tu blogAumentar el tamaño del texto Reduce el tamaño del texto
Ricardo Oliveira ya no fue ni siquiera un recurso válido para Marcelino en Córdoba Y eso pese a que el Zaragoza perdía antes del descanso. El entrenador asturiano prefirió dar entrada al camerunés Songo´o y situó a Oliveira como el cuarto delantero de la plantilla por detrás de Braulio, Arizmendi y Ewerthon. Aunque lo más probable es que el brasileño recupere la titularidad ante el Rayo Vallecano, las decisiones que el entrenador tomó en el Nuevo Arcángel señalaron definitivamente a Oliveira como uno de los males del Zaragoza fuera de casa.
La posterior rueda de prensa del entrenador confirmó la situación. Una vez más, Oliveira y su compatriota Ewerthon quedaron retratados. “Con ellos también perdimos en Levante, Gerona y Vigo”, dijo Marcelino. Sólo que, esta vez, Oliveira no había jugado ni un minuto.
El episodio es uno más de una peligrosa historia que se inició en Gerona, cuando Marcelino señaló directamente a los dos brasileños por la derrota. “No sé dónde han estado hoy los de la pegada”, dijo. El hecho de que el toque de atención del técnico fuera público no gustó en el vestuario. Y mucho menos a sus destinatarios concretos. Semanas después, tras el triunfo ante el Éibar, Marcelino dijo que “ha sido una pena que Oliveira no marque porque ha sido su partido más completo”. El elogio, forzado, contrastó con el silencio con el que Marcelino trató los dos goles de Ewerthon. Otra vez habló de Oliveira.
Una semana más tarde, después de la victoria en Tenerife, en la que el brasileño tuvo una tarde aciaga, Marcelino declaró en rueda de prensa que “Oliveira está triste y necesita ayuda”. El partido y la frase culminaron una semana en la que el interés del Manchester City por fichar al delantero habían desatado todo tipo de rumores. Pese a su buena intención, Marcelino abrió la puerta a la especulación. ¿Por qué necesitaba ayuda Oliveira? El propio jugador tuvo que salir a la palestra para zanjar el asunto asegurando que se quedaba hasta el final de la temporada.
Vigo supuso una fisura en la relación técnico-jugador. Marcelino recriminó de nuevo en público el hacer de los brasileños y éstos mantuvieron posteriormente una tensa conversación con el técnico delante del vestuario.
La situación parecía controlada hasta que el entrenador decidió voltearla tras el partido en Albacete. “La falta de gol me está preocupando”. A esa declaración le siguió una cascada de rumores que apuntaban a la inminente suplencia de los brasileños. La constatación llegó en Córdoba, donde, de nuevo, Marcelino señaló a ambos tras el partido. En el caso de Oliveira, sin jugar.
En medio de todo, Oliveira sigue sin ver puerta. Lleva ocho goles, pero marcó el último hace un mes en el triunfo ante el Alicante. En casa.